lunes, 6 de abril de 2009

Un Día Rock

Ese día desperté con la mas terrible de las culpas, otra vez me encontraba en el borde del mas oscuro de los abismos. Y de no serlo, seguramente estaría entre los mas populares de ellos. Dicha culpa desencadeno la falta de ganas de levantarme de la cama, falta de ganas que crecía de manera exponencial en el transcurso del tiempo.
La noche previa me había quedado estudiando hasta muy tarde, aunque con los sufridos cambios de horarios que percibía día a día, el termino muy tarde no era muy preciso y relativamente hablando aseguro que una minoría vería tarde a esa hora. En fin, ya la aguja que marca la hora en mi reloj marcaba las cuatro, pero en realidad eran las tres. Usted se preguntara, a que se debe este acontecimiento y aunque no lo haga. Suponiendo que mi reloj andaba mal o se quedo parado el día anterior o incluso la misma noche, le digo que se encuentra muy equivocado. El hecho es que un par de semanas antes se realizo el cambio de horario para el sector Este del país y yo no la había cambiado, no porque me haya olvidado, sino porque no tenia ganas de hacerlo. Otra vez la falta de ganas. Si. Al parecer en mi vida ronda muy seguido esa frase, que mas que frase es una sensación. De estudiar, no tengo ganas; de trabajar, no tengo ganas; ganas de escribir, bueno en parte las tengo, de hecho lo estoy haciendo en este momento. Ahora usted puede pensar que soy de los que muchos denominan “Vago”, a lo que voy a proporcionarle una explicación que adopté una tarde de domingo mientras conversaba con mi padre de la labor que estaba realizando el albañil en las mediaciones de mi casa. Un dato curioso del albañil, cuyo nombre no me acuerdo, es su apodo, el cual me llamo mucho la atención. “Tumbero” creo que en este momento se dará cuenta el porque me llamo la atención, y si le cuento que a uno de sus ayudantes le dicen “El Faca” creo que antes de realizarme una visita va a ser muy cauto de preguntar por alguna vía de comunicación si se encuentran los albañiles trabajando. En fin. Voy a transcribir el trecho de la conversación que importa a fin de que entienda el significado de la explicación:
“El tipo, por hacer dos o tres boludeces trae a dos peones, y me faja con 1000$, ¿Cuanto laburo? - A lo que se contesto a si mismo- dos o tres días ¿Cuanto habrá estado? Cuatro horas por día... Y vos, acá tocando la guitarrita.”
“Si me pagas lo hago” -añadí con entusiasmo-.
“¡No..., vos!- en tono acusador- ni aunque te paguen lo haces. ¿Y sabes porque?- A lo que respondió sin hacer pausa, nuevamente a si mismo- Porque tenes alto los valores del descanso.”
Creo que no hay nadie que me conozca mas que mis propios padres, una vez mas había dado en la tecla, y de una manera filosófica si hay que encontrarle definición alguna. Es así, no soy vago sino es que tengo altos los valores del descanso.
Recuperando el hilo del tema principal. Desde un principio supe que iba a ir, va en realidad fue cuando escuche las bandas que iban, y después de consultarlo en reunión de acera en una tarde calurosa y soleada con mis amigos Gabriel, Manuel y Matias los cuales se prendieron a la idea como una escarapela en día patrio, me convencí definitivamente de que tenia que ir.
Repleto de ansiedad, el siguiente lunes me emprendí a sacar la entrada ,y todo venia bien hasta que el gordo de Lee-chi me facturo 105 mangos por la entrada. “Salada”- le dije- levantando las cejas con asombro, pero bueno valía la pena.
En un momento llegue a concebir alguna duda, dado que ese mismo día tocaba unos de mis trovadores favoritos “Ismael Serrano” pero dado el cambio de día, y mas aun, el cambio de lugar. Sumado al tremendo recital al cual se enfrentaba y a una especie de una pseudoinvitación de una cruel ex-novia. Hicieron que el balance se inclinara a decidirme para ir al mega recital al cual asisti.
Volviendo al día citado, como había dicho antes. Sentía culpa porque tenia que estudiar mucho y estaba al borde del abismo porque tenia que estudiar mucho, valga la redundancia. Por suerte todavía existo y con valentía me atreví a dar un paso al frente y confiar.
El reloj de mi computador marcaba las 16:30hs. Aquí vale la pena aclarar que ya me había levantado, almorzado y que este reloj si estaba a horario, pero solo por el hecho de que nunca se entero del cambio de horario en un principio. El recital empezaba a las 17:00hs y yo todavía en mi casa. Y no se porque sera, era de esos momentos que tenes que hacer todo rápido, como cuando adelantas una cinta, pero sin embargo te tomas tu tiempo para todo. Me bañe durante unos 20 minutos, acompañe una cerveza con mi padre y salí para el recital "solo". Ahora voy a aclarar esto para el despistado. Si. “Solo”, mis amigos en esos cuelgues que acostumbran, no sacaron la entrada y me comí un plantón de aquellos. Pero bueno. No era la primera vez que iba solo a un recital, asique no me conmovió mucho el que no me acompañasen. Ellos se lo perdieron.
Entre bondi, bondi y tren me llevo un par de horas llegar, en este ultimo me sentí un poco alborotado e inseguro por la compañía de la flamante barra brava de River Plate que volvia de la cancha de Racing con resultado adverso, estado etílico y algún que otro estupefaciente en su sistema. Pero por surte llegue sano y salvo justo a tiempo para ver las bandas que mas me gustaban.
Al entrar, el campo del Monumental estaba repleto y eufórico con Divididos en escena.
El desligue musical era intenso y cada nota que desprendían esos tres instrumentos te hacían poner piel de pollo. No por estremecedoras o chillonamente metalicas, sino por su técnica y calidad.
Despues de "Spaghetti del Rock" y "Ala Delta" entre los mas populares de la banda, tocaron “El ojo blindado” (de Sumo) y fue alli cuando me inquietaron el espíritu y me adentraron entre los empujones y saltos del pogo amigo
“Luces calientes atraviesan mi mente,
luces calientes atraviesan mi mente
y me voy
y me voy...” . Zarpados en músicos (jerga).
Mas luego, llego la hora de Los Piojos y... ¿que se puede decir? Iniciaron con “Arco” (tema que había escuchado solo una vez en vivo e incluso se lo pedí a Ciro una vez que me lo cruce en la peatonal de Mar Del Plata), y siguieron con otros tres temas mas para los viejos piojosos para un arranque de alto vuelo.
La energía que le transmiten al publico con sus canciones solo es comparable con la palabra fiesta, como bien decía un fanático con un yeso en la pierna izquierda, sin calzado en la otra y revoleando las muletas reclamando por redondas mas grandes, en medio de la muchedumbre poguera. Despues continuaron recorriendo su obra, intercalando temas mas viejos con mas nuevos, y temas para cantar y apreciar con los que el alma te hace mover el cuerpo siguiendo el ritmo.
Ademas del buen show que plantean siempre. ¡Me encantan! sin mas decir que este es el 15avo recital que los acompaño y la admiración que les tengo a pesar que sus últimos dos discos no fueron de mi total agrado.
A la vuelta. Finalizado el Ritual Piojoso, con mas de 2:30 de show, me encuentro con mi old friend Nicolas O. y su chinita (su novia). Que me acercaron a la estación Retiro ahorrándome un par de horas de viaje.
Como broche de oro y para cerrar la noche con un gol de taco, en la espera del bondi a La Plata, me encuentra una conocida y dos amigas que volvían del mismo recital que yo y seguian mi mismo destino.
Despues de un viaje largo pero entretenido contando y escuchando historias, vivencias. Se llego a la parada de plaza Italia donde hubo un intercambio números telefonicos con dicha conocida. Muchacha con la cual antes de ese dia no habia tenido oportunidad de llegar a conocer mejor.
Hay encuentros que no son casualidad. Aunque bien puede que otra vez, como tantas otras, se sume a la interminable lista de futuras ex-novias (citando a mi bro espacial), o sea una mas de esas mujeres que pasan ante uno sin detenerse, convirtiéndose en una historia de amor que nunca se concreto, o resultando finalmente en el amor de mi vida. Tanto en la primera como en la tercera, un dia leera esto y sabra como empezo todo al termino de ese dia.
Al final de los finales, acostado en mi aclamada cama después de todo lo vivido ese día. Necesite recordarlo, no como un dia mas, sino como un dia con nombre propio. En la elección del nombre para bautizarlo, solo dio en la talla lo que fue, “Un día Rock”y así se nombro.
Gonzalo Maldonado.-
Gon---*Espacial*---.