martes, 7 de octubre de 2008

Del Pecado - Alejandro Filio


Aca les dejo mi interpretacion de este temon! disfruten!


Cuando pongo el oído en la almohada
y ese duende me abraza los pies
no sé bien si enrolarme a otro sueño
o volver a mi empeño otra vez
de colgarme una nube contigo
y arrojarme a la suerte, al vacío
pero vaya mujer, pero vaya mujer.

Unos dicen que el paso acertado
suele darse tan sólo una vez
me pregunto que tanto han andado
los que siempre han hablado de pie
hay caminos que se abren al paso
y otros más permanecen cerrados
pero no al que se fue, pero no al que se fue.

Y el Adán que mordió la manzana
me pregunto que tanto dudó
si supiera lo que de esa rama por su mano empezó
del pecado a la luz nos andamos
y entre enanos no es bueno juzgar
vaya pues de esta mano el pecado, si es pecado pensar.

La moral y las buenas costumbres
son virtudes del hombre cabal
una estatua perfecta le encubre
por si acaso olvidó su verdad
como culpo al que peca escondido
si no supo que estaba prohibido
a escondidas pecar, a escondidas pecar.

martes, 19 de agosto de 2008

Gabiotas errantes

Gaviotas errantes peleando contra el viento reposaron sobre el aire y sabiamente exclamaron:
-¿cual es la gracia de vivir con las corrientes a favor? Si uno no choca contra los problemas con la nariz, entonces no supo todavía, vivir.
Nunca se pudo comprobar dicha declaración, pero desde hoy, igualmente, veremos a las gaviotas con otros ojos.
Gaviotas errantes, Gaviotas errantes.
Luego de errar sucesivos caminos comprendieron que ningún camino es incorrecto, sino distintos pasos para una búsqueda eterna.
Yo me supe gaviota.

Carlos Nicolas Ortiz.

miércoles, 13 de agosto de 2008

El monito

El monito Roberto Fontanarrosa a Osvaldo Ardizzone

Llore Monito, llore. Usted puede. A usted se le permite que no es vergüenza llorar cuando las lágrimas tienen la pureza recóndita de aquello que llega desde el corazón que no quiere aflojar ante terceros. Tal vez, pibe, tal vez Monito, son las mismas lágrimas que, años atrás, no tantos quizás, usted tuvo que enjugar con el revés de la mano sucia de tierra en el fondo de la casita del patio con geranios y malvones de barrio Arroyito. Tal vez son las mismas lágrimas vertidas por la rabia, la impotencia, la vergüenza, ante el coscorrón justiciero de su viejita laburante cuando usted no llegaba a la hora establecida para tomar la leche.
¿Cómo iba a entender su madre, Monito, aquel cariño entrañable por la pelota de fútbol, que lo mantenía lejos de la casa, demorado,en ese romance infantil con la de cuero, en los yuyales sabios del campito que no sabía de redes ni de cal, tras de la vía? ¿Cómo podía entender su viejo, pibe, su viejo, don Telmo, el genovés terco de canzonetta y nostalgia, su noviazgo purrete con la de gajos y ese lenguaje dulcemente nuestro de los túneles, la pisada, el chanfle, los taquitos y la rabona? Porque no era, no, una piba quinceañera, rubia y pizpireta, de ojos celestes como los de la pulpera de Santa Lucía, lo que a usted le impedía volver en el horario, a gritos reclamado por su madre. No era, no, Monito, el despertar púber del primer amor enredado en los últimos giros de un trompo o en la galleta enojosa del hilo de un barrilete, el que lo hacía terminar los deberes de la escuela a las corridas y escapar luego, gorrión ansioso, pájaro encendido, hacia la complicidad abierta de la calle, el griterío alborozado de los pibes y el llamado seductor de un taconeo. No Monito, lo suyo era más simple, como son simples las cosas que nacen del corazón y eluden las frías especulaciones de la mente. No. Lo suyo era tan sólo la caricia tierna de la capellada de su botín zurdo en la pelota, el toque, la volea, la suela que aprieta el fútbol indócil y lo convence, lo persuade, lo amaestra. Lo suyo era el amague, el pique corto, el freno seco, y el pecho amigo para que allí se durmiera la bella amada cuando caía desde el cielo como un globo cansado de volar sin rumbo cierto. ¡Mire qué fácil, pibe, que era aquello! De la misma forma en que el amor, el puro amor, se presenta, florece y crece como una flor nocturna, como un clavel del aire brotado en la luminosidad escasa de un pasillo, así creció en usted el sortilegio. Nadie le enseñó, como no se enseña el dolor ni la paciencia, ni se sabe de dónde surge el gusto por silbar o el de hablar bajo. Usted ya lo traía impreso, se lo digo, quizás desde el fondo de la historia de ese barrio que ha visto nacer a tantos ídolos y guarda en el aire la vibración, el eco, el reverbero de mil goles gritados en la tarde, atronando el cemento, quebrando la quieta y asombrada calma de su río. O lo aprendió como se aprenden estas cosas, mirando a los demás, tratando de atrapar con ojos asombrados el misterio metafísico del chanfle, la secreta ley física que hace que el balón vaya hacia allá y dé una vuelta. Por eso, por todo eso, pibe, no se inquiete si lo ven aflojar y su mirada se empaña como el cristal de una ventana cuando recibe el tamborileo sonoro de la lluvia. No. Llore Monito, llore. Usted puede. A usted se le permite.Así lo soñó usted tal vez, un día, allá, aferrado a la alomhada confidente de su cama, en la casita del patio con geranios y malvones, alguna de esas noches de verano cuando el calor aprieta y el sueño viene:
Ya está el mago de varita presta. Ya está el ilusionista sutil que hace creer en cosas que no existen y miente que en el dorso de su mano se ocultan pañuelos, palomas y barajas. Está en el medio de la cancha y su eterna enamorada, la pelota, parece que se ha ido y está inmóvil, simula emprender vuelo y no se aleja, o bien hace creer que se le escapa pero vuelve bajo la presión apenas ruda de la suela. Ahora el estadio enmudece, el mago muestra el juego. El Monito arranca y empieza el toque, el pelotazo sabio, el amague que argumenta una cosa y dice otra. De la zurda precisa del insider brotan conejos, luces multicolores, toques lujosos, las dos cortas sabidas y una larga, la cabeza alta, el ojo inquieto. El público se deleita. Ya la metió de nuevo bajo el pie, la mostró, “ahí la tenés, es tuya” ha dicho, pero no está más, la sacó, la puso en otro lado, la cambió de lugar, la amarreteó de nuevo. Allá está el compañero, el wing derecho, no lo ha visto, pero gira y le pone el pelotazo desde cuarenta metros, en el pecho. Sólo faltan los clarines, los clarines, las fanfarrias, el galope incesante de los corceles blancos girando en torno de la cancha y las ecuyères de pie sobre sus ancas.
Así lo soñó usted, tal vez, un día, Monito. Ya el espectáculo termina y, a pesar de la magia del insider, a pesar de sus moñas y regates, pibe, a pesar de las cuatro pelotas de gol que usted puso en los pies del centrofoward, el partido se agosta en la chatura aburrida del empate. Pero faltaba, nomás, la carcajada. El cierre magistral, la pincelada justa que el artista deposita por fin sobre la tela e ilumina el azul, aviva grises y ruboriza la macilencia de los sepias. Faltaba nomás, la carcajada. Ese balón que llega de atrás, como un balazo. El pecho receptor del entreala tan afecto a refrenar, mullido, el rebote previsto de la bola. Ya empieza la danza, el giro sobre un pie para enfrenta el arco y el resbalar mansamente de la globa del pecho a la rodilla y de allí al suelo. Allí, en la temible ferocidad del área, allí, donde la puerta de las dieciocho se convierte en muralla pertrechada, donde hay piernas, codos, tapones alevosos y guadaña, allí la puso en el piso el entreala. Allí, en esa media luna, en lo que algunos llaman la empanada, allí donde uno se olvida de la novia, del primer amor, de lo aprendido en la'escuela, de la Vieja, “vení conmigo” le dijo el Monito a su amiga del alma. Y se metió en el área con pelota dominada.
No sé si hubo un caño o fueron cuatro. Quebró la cintura, pisó el cuero, pareció en un momento que pateaba, se le vinieron dos, se cerró el cuatro pero el Monito la llevaba atada.
Tal vez ya no me acuerdo, decime vos si miento, pero quedó frente al arquero y la puso en un rincón, de cachetada. No el cachetazo mordaz, el del reproche, sino el empujón cordial, el que te aprueba, la palmada que se le da a un pibe y se le dice “cruzá que yo te miro”. La pelota entró pidiendo permiso y ni tocó la red de puro cauta. Luego, el pibe se fue hasta su tribuna y adentro de su puño apretó el gol, lo abrió de golpe y fue otra vez paloma y carcajada.
Llore, Monito. Así lo soñó usted tal vez un día, en la casa de malvones y geranios del barrio Arroyito. Y se quedó en sueño nomás, no se dio nunca.
¡Tan bueno que parecía de purrete! Nunca llegó a jugar ni en la tercera. Y en el equipo que se arma en la oficina a veces lo ponen un rato y otras, nada. Está gordo, pibe, algo pelado. Y me han dicho que ni va a la cancha.
Roberto Fontanarrosa

miércoles, 23 de julio de 2008

Aunque siga brillando la luna, Junio del 2001

Esta es una conversacion entre el capitan Wilder y Spender del capitulo Aunque siga brillando la luna de la novela Cronicas Marcianas escrita por Ray Bradbury en el año 1946. Este es uno de mis capitulos favoritos, junto a Usher II (un mini homenaje a Edgar Alan Poe, del cual la trama del capitulo le hara escribir Farenheit 451 posteriormente), "Encuentro nocturno" ;"La tercer expedicion";"Un camino através del aire";"El marciano" (Disiento con Borges en que este ultimo capitulo mencionado es una patetica variacion del mito de Proteo); y algunos otros tantos capitulos que me hacen pensar en las miserias de la humanidad.
Esta entrada no adelanta nada sobre el desarrollo de la novela, ni el final. Lo que si contiene informacion sobre algunos pequeños datos sobre el capitulo que no causan mayor daño al lector que no haya leido la novela y que quiera hacerlo.
El nombre de este capitulo se debe a la mirada apocaliptica de un verso del poema SO, WE'LL GO NO MORE A ROVING...publicado en la entrada anterior.

Aunque siga brillando la luna, Junio 2001

El capitán estudió su cigarrillo.
-¿Por qué lo hizo?
Tranquilamente Spender dejó el arma en el suelo.
-Porque he visto que los marcianos tenían algo que nosotros nunca soñamos tener. Se detuvieron donde nosotros debíamos habernos detenido hace un siglo.
He paseado por sus ciudades y comprendo a esta gente y me gustaría llamarlos mis antepasados.
El capitán señaló con un movimiento de cabeza un grupo de edificios.
-Es magnífico ese pueblo.
-No es sólo eso. Sí, sus ciudades son hermosas. Los marcianos sabían cómo unir el arte y la vida. El arte fue siempre algo extraño entre nosotros. Lo guardamos en el cuarto del loco de la familia, 0 lo tomamos en dosis dominicales, tal vez mezclado con religión. Bueno, estos marcianos tenían arte, y religión y todo.
-Usted cree que habían llegado al fondo de las cosas, ¿no es así? -Estoy seguro.
-Y por eso empezó a masacrarnos.
-Cuando yo era pequeño mis padres me llevaron a la ciudad de México. Siempre recordaré el comportamiento de mi padre, vulgar y fatuo. A mi madre no le gustaba tampoco aquella gente porque eran morenos y no se bañaban a menudo.
Mi hermana ni les hablaba. Sólo a mí me gustaban realmente. Y puedo imaginarme a mi madre y mi padre aquí en Marte haciendo otra vez lo mismo...
»Para el norteamericano común, lo que es raro no es bueno. si las cañerías no son como en Chicago, todo es un desatino. ¡Cada vez que lo pienso! ¡Oh, Dios mío, cada vez que lo pienso! Y luego... la guerra. Usted oyó los discursos en el Congreso antes de que partiéramos. Si todo marchaba bien, esperaban establecer en Marte tres laboratorios de investigaciones atómicas y varios depósitos de bombas. Dicho de otro modo: Marte se acabó, todas estas maravillas
desaparecerán. ¿Cómo reaccionaría usted si un marciano vomitase un licor rancio en el piso de la Casa Blanca?
El capitán no decía nada, pero escuchaba.
-Luego vendrán los otros grandes intereses. Los hombres de las minas, los hombres del turismo -continuó Spender-. ¿Recuerda usted lo que pasó en México cuando Cortés y sus magníficos amigos llegaron de España? Toda una civilización destruida por unos voraces y virtuosos fanáticos. La historia nunca perdonará a Cortés.
-Hoy usted tampoco se ha comportado muy bien, Spender -observó el capitán.
-¿Qué podía hacer? ¿Discutir con usted? Estoy solo contra todos los granujas codiciosos y opresores que habitan la Tierra. Vendrán a arrojar aquí sus cochinas bombas atómicas, en busca de bases para nuevas guerras. ¿No les basta haber arruinado un planeta y tienen que arruinar otro más? ¿Por qué han de ensuciar una casa que no es suya? Esos fatuos charlatanes. Cuando llegué aquí no Sólo me sentí libre de toda esa supuesta cultura, sino también de la moral y las normas y las costumbres terrestres. Mis coordenadas son distintas, pensé. Lo único que
tengo que hacer es matarlos Y luego vivir mi propia vida.
-Pero no le salió bien -dijo el capitán.
El capitán inclinó la cabeza.
-Cuénteme algo de esa civilización -dijo señalando con la mano las ciudades de la montaña.
-Sabían cómo vivir con la naturaleza, y cómo entenderla. No trataron de ser sólo hombres y no animales. Cuando apareció, Darwin cometimos ese error. Lo recibimos con los brazos a abiertos y también a Huxley y a Freud, deshaciéndonos en sonrisas. Después descubrimos que no era posible conciliar las teorías de Darwin con nuestras religiones, o por lo menos así pensamos. Fuimos unos estúpidos. Quisimos derribar a Darwin, Huxley y a Freud. pero eran inconmovibles.
Y entonces, como unos idiotas, intentamos destruir la religión.
»Lo conseguimos bastante bien. Perdimos nuestra fe y empezamos a preguntarnos para qué vivíamos. Si el arte no era más que la derivación de un deseo frustrado, si la religión no era más que un engaño, ¿para qué la vida? La fe había explicado siempre todas las cosas. Luego todo se fue por el vertedero, junto con Freud y Darwin. Fuimos y somos todavía un pueblo extraviado.
-¿Y estos marcianos encontraron el camino? -preguntó el capitán.
-Sí. En Marte aprendieron a combinar ciencia y religión para que funcionaran juntas, y se enriquecieran así mutuamente, sin contradecirse.
-Una solución ideal.
Los marcianos descubrieron el secreto de la vida entre los animales. El animal no discute su vida, vive. No tiene otra razón de Vivir que la vida. Ama la vida y disfruta de la vida. Observe la estatuaria; cómo los símbolos animales se repiten una y otra vez.
-Parece algo pagano.
-Al contrario, son símbolos divinos, símbolos de vida. También en Marte el hombre había llegado a ser demasiado humano, y no bastante animal. Los hombres de Marte comprendieron que si querían sobrevivir tenían que dejar de preguntarse de una vez por todas: «¿Para qué vivir?» La respuesta era la vida misma. La vida era la propagación de más vida, y vivir la mejor vida posible. Los marcianos comprendieron que se preguntaban «¿Para qué vivir?» en la culminación de algún período de guerra y desesperanza, cuando no había respuestas. Pero cuando la civilización se tranquiliza y calla, y la guerra termina, la pregunta se convierte en insensata de un modo nuevo. La vida es buena entonces, y las discusiones son inútiles.
-Me parece que los marcianos eran bastante ingenuos.
-Sólo cuando les convenía. Renunciaron a empeñarse en destruirlo todo, humillarlo todo. Combinaron religión, arte y ciencia, pues en verdad la ciencia no es más que la investigación de un milagro inexplicable, y el arte, la interpretación de ese milagro. No permitieron que la ciencia aplastara la belleza. Se trata simplemente de una cuestión de grados. Un hombre de la Tierra piensa: «En ese cuadro no hay realmente color. Un físico puede probar que el color es sólo una
forma de la materia, un reflejo de la luz, no la realidad misma». Un marciano, mucho más inteligente, diría: «Este cuadro es hermoso. Nació de la mano y la mente de un hombre inspirado. El tema y los colores vienen de la vida. Es una cosa buena».
-He encontrado un motivo para luchar y vivir. Eso me hace más peligroso. He encontrado algo que es para mí como una religión. Como aprender a respirar otra vez. Sentir en la piel la caricia del sol, dejar que el sol trabaje en uno, escuchar música, leer un libro. ¿Qué me ofrece en cambio la civilización de usted?

Esta entrada esta editada y solo he dejado las partes que sirven para el mensaje de la conversacion.

Asi que nunca mas pasearemos

SO, WE'LL GO NO MORE A ROVING...
So we´ll go no more a-roving
So late into the night,
Though the heart be still as loving,
And the moon be still as bright.
....
For the sword outwears its sheath,
And the soul wears out the brast,
And the hearth must pause to breathe,
And love itself have rest.
.....
Though the night was made for loving,
And the days return too soon,
Yet we'll go no more a roving
By the light of the moon.
....
George Gordon Byron
....
Asi que nunca mas pasearemos
tan tarde en la noche
aunque el corazon siga amando
y aunque siga brillando la luna
....
Pues la espada gasta su vaina,
Y el alma gasta el pecho,
Y el corazón debe detenerse a tomar aliento,
Y el amor mismo debe descansar.
....
Aunque la noche fue hecha para amar,
Y el dia vuelve demasiado pronto,
Nunca mas pasearemos
A la luz de la luna.
....

lunes, 14 de julio de 2008

Comandante

Bueno aca les dejo este TEMON!!! de Alejandro Filio, es del dia que lo fui a ver, imagenes tomadas por mi. Quedense tranquilos que no se me va a ocurrir dedicarme a la filmacion.

Pongo tambien el que subi a youtube, porque se ve mas grande je elijan:

Tu sonrisa abrazada a la muerte ronda Buenos Aires

Y te vio Guatemala volando tras de algún camión.

Fue Bolivia quien te vio partir Fue mi verso para tu canción.

Como un sueño empapado en tequila y en Revolución.

......................................................................................................

Por un barrio en la Habana te sigue un pionero de guerra

Y en su andar Nicaragua te lleva como un corazón

Costa Rica respira de ti, Venezuela tomó tu color

Y en Santiago de Chile los jóvenes gritan tu voz.

......................................................................................................

Comandante

Tu sueño va

Aunque nadie lo pueda entender,

vivirá.

......................................................................................................

En un bar de Manhattan te lleva una rubia tatuado

Y en Toledo Josema, clavado, junto a su ilusión

La guitarra de algún trovador

Con tu boina y estrella adornó

Para darle sentido, a lo que ni el olvido borró.

lunes, 23 de junio de 2008

Adan y Eva

Era de noche cuando creamos el sol que nos mantuvo calidos durante un tiempo.
Ahí comenzó la vida, dando material sentido a toda la energía que vagaba perdida en el espacio sideral.
De pronto, una nube cargada de tormenta y confusión tomo a la tierra por sorpresa y tras dos eras blancas llenas de hielo, sombras y oscuridad. La vida quedo suspendida esperando, cargada de esperanza, de fe, soñando volver a ver un rayo de sol.
Y fue en una luna de abril, crecía a la mitad dibujando una sonrisa en el cielo, aun fría esa noche, despejo y de un instante a otro el sol nos despertó en la naturaleza llenos de luz, colores y silencio. Esa luz quebrantaba la nebulosa despejando el cielo devolviendo la calidez que nuestro suelo merecía, tan claro. Todo se vio tan claro. “El mundo es nuestro”, un mundo donde las distancias son las que imponemos nosotros mismos, un mundo lleno de caminos con flores que decoran nuestro andar, donde al elevar la mirada, llegamos a ver mas allá del horizonte sin que nos perdamos de vista.
Comprendimos que nuestros corazones tienen el mismo latir. ¡Y la música!. Cada latido, desprendiendo esa música tan bella, tan llena de miel. Esa música marcando el ritmo de la vida.
No existe trueno en la peor tormenta, o en la mejor, ni tan potente que opaque el bello cantar de nuestro amar. Amar que alguna vez lleno esa tierna y ceñida gota de agua salada.
La noche siguiente huimos a ver las estrellas, vestidos en piel, perdidos en el cosmo, en caricias y besos. Ya no éramos dos, ni lo volveríamos a ser.

Gonzalo Maldonado en alguna noche de Junio de hace dos o tres años no recuerdo.

lunes, 16 de junio de 2008

Ajedrez

Jorge Luis Borges
Ajedrez
...
I
...
En su grave rincón, los jugadores
rigen las lentas piezas.El tablero
los demora hasta el alba en su severo
ámbito en que se odian dos colores.
...
Adentro irradian mágicos rigores
las formas: torre homérica, ligero
caballo, armada reina, rey postrero,
oblicuo alfil y peones agresores.
...
Cuando los jugadores se hayan ido,
cuando el tiempo los haya consumido,
ciertamente no habrá cesado el rito.
...
En el Oriente se encendió esta guerra
cuyo anfiteatro es hoy toda la tierra.
Como el otro, este juego es infinito.
...
II
...
Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada
reina, torre directa y peón ladino
sobre lo negro y blanco del camino
buscan y libran su batalla armada.
...
No saben que la mano señalada
del jugador gobierna su destino,
no saben que un rigor adamantino
sujeta su albedrío y su jornada.
...
También el jugador es prisionero
(la sentencia es de Omar) de otro tablero
de negras noches y blancos días.
...
Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza
de polvo y tiempo y sueño y agonías?
...

miércoles, 30 de abril de 2008

Ignorantes

Es una maldición. Desearía poder ser así.
Ellos pasan sus vidas sin preocupaciones, o si las tienen son efímeras y banales.
La mayoría de ellos siquiera se detienen a pensar si es mejor lo peor. Aunque suene contradictorio. Lo que pasa es que siempre puede haber otra perspectiva, mi observación se encuentra en otro lado, quizás extrema a la de la mayoría.
¿Qué es lo que buscamos? Todos buscan la felicidad. La vida la podemos definir como una búsqueda constante de la felicidad. Pero ¿que es? ¿Es eterna cuando la encontramos? Entonces es una búsqueda constante de momentos felices. ¿Y al final qué es lo que cuenta?, o mejor dicho ¿Qué es lo que vale?
Algunos pasan sus vidas dedicados al conocimiento de la verdad por sus principios y causas, siempre entramos en el circulo vicioso del ¿Por qué?, siempre hay una pregunta mas.
“El día mas triste del hombre será cuando no haya pregunta sin respuesta” (N. de alguien), y el conocer es conocer mas y mas de algo, a veces ese algo es mucho de un poco y otras veces un poco de mucho.
Hay quienes se abstraen del mundo y llegan a ser genios por esa capacidad, por esa pasión. Me vienen a la mente genios matemáticos y físicos, - por el carácter abstracto de la materia estudiada, pero se amplia el concepto a todos lo géneros- quienes hallaron sus logros por abstraerse de la realidad.
Yo me pregunto si al llegar al ocaso de sus vidas se preguntaron si valió la pena. Si hubieran querido pasar ese tiempo con la persona que amaban, o algo por el estilo.
Supongo que no lo sabré. Eso me ofusca. Me ofusca, me pone molesto a veces no saber cosas, no entenderlas. Sin embargo veo a tanta gente seguir sin problemas como si aquellas dudas que les surgen no tuvieran importancia, se los ve felices en su ignorancia.
“Yo solo se que no se nada” (Sócrates). Sobre este aspecto reconozco a dos tipos de personas. Están las personas que ignoran y no se preocupan. Y las que si. Estas últimas pasan sus vidas buscando respuestas. Los primeros les es más fácil reconocer momentos felices.
Capaz estoy diciendo una barbaridad, pero es una sensación que tengo. Muchos del segundo tipo de personas entienden lo que dije en el párrafo anterior, y con seguridad afirmo que todos los pertenecientes al primer tipo no, y nunca van a entender. Solo por el hecho de que no van a buscar la respuesta a la pregunta ¿Qué quiso decir?, incluso quizás no la encuentren el los párrafos posteriores (Disculpe el lector debí haber puesto esto en forma de nota, pero me pareció importante que usted distinga el grupo al cual pertenece).
En el prologo de un libro de Ajedrez que leí en mi adolescencia (no recuerdo el nombre y autor), casi en el fin de la conclusión del mismo recuerdo una pregunta que decía algo con el siguiente sentido (No exacto en palabras y formato): “¿Vale la pena saber cual es la mejor continuación a la Siciliana variante del Dragón?”. Supongo que en su momento no le di importancia a esa pregunta, la cual hace ya algún tiempo entiendo.
Cuando llego a casa al abrir la puerta el gato maúlla varias veces, yo dejo mis cosas y lo acaricio. Uno puede observar la felicidad que el siente en ese momento. Es tan simple, es tan feliz con cosas tan simples. Lo envidio.
Antes en mi infancia, tenia una perra a la cual le arrojaba una pelota de tenis, y ella iba con tanta alegría y felicidad en ese momento a buscarla. Sin darme cuenta también ese era mi momento. A nosotros los humanos, nos cuesta mucho.
Hay personas las cuales las llaman deficientes mentales, locos, autistas, etc. Ellos están inmersos en una realidad que no compartimos. Ellos no comparten la realidad que nos contamina, no comparten nuestras aflicciones, incluso, las ignoran. Y a muchos se los ve felices. Y si lo son ¿acaso no lograron lo que todos buscamos? -Y lo lograron en su realidad-.
Difícil saber que es peor. Ver la realidad nuestra, contaminada, llena de aflicciones. O la que nosotros no tenemos la capacidad de ver. Que es mejor o que es peor es relativo.
¿Qué es mejor, Ignorar y seguir felices en la ignorancia o preocuparse en conocer pudiendo en el futuro no hallar la satisfactoria respuesta, cayendo inevitablemente en la ignorancia?
Para cualquiera de las formas solo hay que preocuparse en buscar y reconocer los momentos felices que en fin y al final son los que valen.


Gonzalo Maldonado 30/04/2008.